CMYK o RGB: qué conviene para sublimación (y cómo configurarlo bien)
Si haces sublimación, la decisión CMYK o RGB no es teórica: impacta el color final, tu merma y el tiempo que inviertes en correcciones. La regla práctica más segura es: diseña en RGB (sRGB) y deja que el perfil ICC haga la conversión durante la impresión. Así obtienes colores más previsibles y evitas los clásicos “negros lavados” o dominantes raras por doble perfilado.

Resumen útil (para ir directo al grano)
- Trabaja en sRGB desde tu software (Photoshop/Illustrator/Corel/Affinity).
- La aplicación gestiona el color con tu perfil ICC (tinta + papel + impresora).
- En el driver o RIP, desactiva cualquier corrección de color (evita doble gestión).
- Haz una pieza patrón y guarda tus ajustes (temperatura/tiempo/presión y papel).
- Solo considera CMYK si un RIP o flujo corporativo te lo exige (y tienes perfiles CMYK específicos).
Por qué sRGB suele ganar en sublimación
La sublimación parte de una imagen RGB en pantalla. Al imprimir, el color se convierte a la “realidad” de tu impresora (que usa tintas CMYK o CMYK+). Esa conversión no es una tabla fija: depende del perfil ICC que describe tu combo (equipo + tintas + papel). Si conviertes tú “a ojo” a CMYK genérico antes de imprimir, recortas el gamut y condicionas el resultado, a veces dejando colores más apagados de lo necesario.
Con sRGB (y un ICC adecuado), el motor de color hace la conversión optimizada justo al imprimir. Es decir, traduce lo que ves a lo que puede reproducir tu combo real, sin limitarte a un CMYK “promedio” que quizá no refleje tu equipo.

Flujo recomendado paso a paso (sin sorpresas de color)
- Documento en sRGB, 300 ppp
- Crea tu lienzo en sRGB IEC61966-2.1 (el estándar más universal en pantallas).
- Para textil y rígidos, 300 ppp te da margen de calidad sin archivos gigantes.
- Arte limpio y consistente
- Raster (fotografía/ilustración): cuida exposición y saturación en sRGB.
- Vector (logos/tipos): mantén colores dentro de sRGB y evita “mezclas raras” de transparencias que compliquen la conversión.
- Gestión de color correcta
- En la app (Photoshop/Affinity/Corel), elige “La aplicación gestiona el color” y selecciona tu ICC de sublimación (preferentemente del fabricante de tu tinta o papel para tu modelo).
- En el driver o RIP: sin correcciones de color (desactiva “Vivid”, “PhotoEnhance”, “ICM”, etc.). Esto evita el doble perfilado (la causa #1 de dominantes).
- Grises y negros: si el negro te sale “ahumado”, prueba a reforzar K en sombras (sin empastar) o usa una curva suave; no fuerces 100K puro en todo, porque el motor ICC equilibrará con CMY según su estrategia.
- Papel y energía térmica
- 90 g/m² para artes normales; 100–120 g/m² en fondos sólidos para mejor liberación y menos ondulado.
- En textil poliéster, base típica: 185–195 °C · 55–70 s · presión media (ajusta según tu prensa y sustrato).
- Si el color luce tímido tras transferir, prueba +5 °C o +10–15 s. Si amarillea/brilla, resta −5 °C y compensa tiempo.
- Pieza patrón y registro
- Transfiere una carta de prueba (rampas, pieles, grises, colores corporativos), guárdala y compárala cada vez que cambies de papel, tinta o lote.
- Documenta tu receta (T/tiempo/presión, papel, ICC, fecha/lote) para acotar variables si surge un desvío.
“¿Y si trabajo en CMYK desde el diseño?”
Hay casos válidos, pero con matices:
- Requisitos de un RIP: algunos flujos piden entradas CMYK para controlar límites de tinta, tramado o canales especiales (Lc/Lm/Or/Gr). Si tu proveedor te da perfiles CMYK específicos y un proceso claro, adelante.
- Identidad de marca estricta: si un cliente exige valores CMYK y tienes perfil CMYK ajustado a tu combo, puedes diseñar en CMYK. Eso sí: espera diferencias versus pantalla (que es RGB) y valida con prueba transferida.
- Impresión mixta (sublimación + offset/packaging): cuando debes casar colores con otras tecnologías CMYK. Aquí, el soft-proof con el perfil adecuado y la prueba física son irrenunciables.
Si no estás en estos escenarios, CMYK genérico suele empeorar el resultado: te quita gamut sin garantía de precisión.
Errores comunes que disparan mermas (y su arreglo)
- Doble perfilado (app y driver gestionan color):
Síntomas: dominantes magenta/verde, negros “sucios”.
Arreglo: solo la app gestiona color con tu ICC; el driver, en sin color. - Convertir a CMYK “por costumbre”:
Síntomas: colores apagados, sobre todo en naranjas/azules vivos.
Arreglo: mantén sRGB y deja que el ICC realice la conversión al imprimir. - Usar Adobe RGB sin saber:
Síntomas: en pantallas no calibradas, se ve “espectacular”, pero la impresora no llega; terminas saturando de más.
Arreglo: usa sRGB para coherencia pantalla–impresión y facilítate la vida. - Negro que sale grisáceo:
Síntomas: sombras sin “peso”.
Arreglo: revisa energía térmica primero; luego, ajusta curva en sombras o usa un negro enriquecido moderado. Evita “aplastar” el detalle. - Evaluar color en el papel impreso (antes de prensar):
Síntomas: “Se ve pálido en papel, no sirve”.
Arreglo: la sublimación se juzga después del prensado; lo del papel es engañoso.
Cómo homologar color entre lotes (y dormir tranquilo)
- Fija un combo (marca de tinta y papel + ICC asociado) y no lo cambies sin re-perfilar.
- Calibra tu prensa con termómetro de contacto (centro y esquinas). Diferencias de 5–10 °C cambian la saturación real.
- Iluminación neutra (5000–6500 K) para evaluar color. Las luces cálidas “engañan” hacia el amarillo.
- Estandariza el sustrato: poliéster claro de gramaje parecido; los textiles varían mucho en brillo/absorción.
- Pieza patrón visible en taller y en fotos (con carta de color al lado) para trazabilidad.
Cuándo romper la regla (con criterio)
- Usas un RIP profesional que te da perfiles CMYK específicos y control de Total Ink Limit: aquí el camino CMYK puede tener sentido (sobre todo en gran formato o producción continua).
- Debes igualar imprentas CMYK: trabaja con soft-proof y asume ajustes iterativos hasta que la transferencia se acerque a la referencia física.
En todo otro caso, quédate en sRGB: tendrás más gama efectiva, menos trabajo manual y un color más predecible.
Conclusión
Para sublimación, RGB (sRGB) + ICC es la opción más recomendable. Diseñar en sRGB y delegar la conversión al perfil ICC del combo hace que la impresora traduzca lo mejor posible tu diseño a su realidad de tintas. Evita doble perfilado, verifica tu energía térmica y documenta una pieza patrón; esas tres prácticas valen más que cualquier truco aislado. Solo usa CMYK si tu RIP o un flujo corporativo lo piden explícitamente y te entregan perfiles a medida.
